miércoles, 30 de abril de 2008

Cerebro de Lactantes

LaTercera / Tendencias Fecha edición: 20-08-2005

Antes de los nueve meses los bebés son capaces de manejar sentimientos tan complejos como el dolor, la empatía y la frustración

Nuevos estudios revelan cómo funciona el cerebro de los lactantes

A los tres meses, los infantes tienen una capacidad visual asombrosa y distinguen, por ejemplo, el rostro de su madre en una foto. Además, reaccionan a temprana edad a gestos de desagrado, felicidad o enojo.

Débora Gutiérrez

En 1890, el sicólogo estadounidense Willian James señaló que la visión del mundo que tenían los bebés era una gran y ruidosa confusión. Se creía que eran criaturas de mentes simples que se dedicaban a imitar a su entorno, que sólo respondían a emociones básicas como la felicidad, tristeza y enojo. Esta noción de los lactantes perduró durante siglos. Nuevos estudios en torno al desarrollo cerebral del bebé han construido una nueva visión de sus capacidades. Son más activos y sofisticados intelectualmente, capaces de manejar emociones complejas como empatía, celos y frustración antes de comenzar a decir sus primeras palabras.

1. Capacidad visual

En los primeros tres meses, al contrario de lo que se creía hace 20 años, los bebés cuentan con una compleja capacidad visual que les permite notar pequeñas diferencias en los rostros. Un niño de menos de cuatro meses es capaz de reconocer a su madre en una fotografía o darse cuenta de si algo está mal en una imagen: si las sillas cuelguen del techo, ellos inmediatamente fruncen el ceño.

2. Empatía infantil

El sicólogo Martin Hoffman, de la U. de New York, en 1970 hizo los primeros estudios sobre la empatía entre bebés y descubrió que al poner a un recién nacido junto a otro que lloraba las chances de que llorara eran altísimas, consigna en un reportaje sobre el tema la revista Newsweek. ¿Por qué lo hacen?; un trabajo hecho en Italia basado en los hallazgos de Hoffman reveló la respuesta: una empatía rudimentaria que funciona desde el nacimiento. Al poner a los bebés frente a videos que mostraban a otros lactantes llorando inmediatamente lloran, pero cuando les mostraron grabaciones de sus propios sollozos no lo hacían.

3. Celos complejos

Otras emociones estudiadas son los celos. La doctora Sybil Hart, de la U. Tecnológica de Texas (EE. UU.), siguió a madres y a sus bebés de seis meses, grabándolos en diferentes situaciones. En una de ellas las madres acariciaban un muñeco con forma de bebé sin mirar a su propio hijo: la mayoría de los bebés desplegaban todos sus encantos, llantos y pataletas para captar la atención de su madre. Hart se sorprendió al comprobar que bebés tan pequeños podían experimentar una emoción que antes se creía sólo se desarrollaba en la adultez.

4. Reconocer emociones

"Ser testigos de cómo un bebé conoce y maneja su entorno es asombroso y hace 20 años éramos incapaces de reconocerlo", dice Ricardo Erazo, neurólogo del Hospital Luis Calvo Mackenna. Muchos estudios aún dicen que los bebés menores de seis meses son incapaces de reconocer emociones.

"El niño no tiene lenguaje verbal pero sí gestual y es capaz de captar los cambios de humor de la madre, la tensión y el cariño. Y esto, además, puede influir en la conducta del niño: mayor irritabilidad si en su entorno hay gente enojada o alegría cuando sienten carcajadas. Incluso los bebés son hábiles manipuladores para captar más cariño", señala el doctor Erazo.

Ellos son capaces de reconocer diferentes estados de ánimo según los rostros que se les muestren. Así lo demostró un experimento realizado por la sicóloga Diane Montague, de la U. de la Salle, en Filadelfia, que incluía mostrarle diferentes caras al bebé y estudiar sus reacciones. "Ellos desvían la mirada cuando se les muestra una cara triste, que es la clásica estrategia de los bebés para demostrar su tensión o estrés".

Bienestar emocional y desarrollo

El desarrollo cerebral del bebé y su bienestar emocional, los afectos y el apego madre e hijo, son objeto de muchas investigaciones en el último tiempo. La razón: se ha demostrado cuán poderoso es el bienestar emocional del bebé como predictor de su futura salud mental.

"El equilibrio comanda todo el desarrollo de un bebé; sin afecto ningún recién nacido puede desarrollar el cerebro en forma sana", dice el neurólogo infantil Ricardo Erazo. Un bebé que fracasa en alcanzar ciertos hitos emocionales en su desarrollo puede tener a futuro problemas de lenguaje, lectura y rendimiento académico.

"Las últimas investigaciones, además, han mostrado la enorme capacidad que tiene el recién nacido para expresar a través del llanto múltiples estados de ánimo, como rabia, frustración, felicidad y placer. Entonces es necesario aprender a interpretar el lenguaje del recién nacido que aparentemente es un llanto y más tarde un balbuceo, para conocer el estado emocional del bebé", asegura Erazo.

Conexiones neuronales

Neuronas: el recién nacido tiene casi el mismo número de neuronas que un adulto. En el quinto o sexto mes de embarazo en el cerebro se desarrollan cerca de 100 mil millones de células, pero al nacer sólo algunas estarán conectadas.

Conexiones: cada vez que el pequeño use sus sentidos, observe distintas figuras, pruebe frutas y verduras nuevas, juegue, huela el jardín recién regado, escuche los grillos cantar en las noches y experimente con el mundo, se crean más y más conexiones. Si esos estímulos se repiten durante esta crucial etapa de la vida, estas conexiones se fortalecerán y de ellas depende la forma el que el bebé piensa, siente, aprende y se comporta.

Los hitos del desarrollo infantil dependen de que los padres le den al niño estímulos sensoriales y emocionales equilibrados.

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